lunes, 15 de junio de 2015

PDP14 Facilitador




La motivación de un estudiante para aprender, es lo que hará nuestra enseñanza más eficiente y es nuestra tarea como educadores, encontrar las formas más interesantes y divertidas para conseguirlo.

Sin embargo, la motivación a la que debemos recurrir debe ser la intrínseca, porque de acuerdo a muchos estudios realizados, se ha observado que la motivación externa es de muy poca ayuda en cualquier contexto.

Es muy importante tener en cuenta lo siguiente; «Incluso en un contexto donde el aprendizaje de lenguas extranjeras es en gran medida una cuestión académica, la motivación del estudiante sigue estando socialmente fundamentada.»
(Clément et al., 1994). 

Me encanta el ejemplo que se nos ha dado en el artículo y lo que realmente significa ser un facilitador; "El profesor tradicional: se vuelve hacia un alumno y le hace una pregunta de la lección del día anterior sobre el tiempo pasado y el vocabulario de la comida. 

>> El profesor de español: “¿Qué cenaste la pasada noche?” 

>> Estudiante: “Umm…. (¿Vocabulario? ¿Gé- nero? ¿Número? ¿Verbo? ¿Sujeto? ¿Conjugación?)” 

Solo los mejores alumnos son capaces de realizar este ejercicio de gimnasia lingüística lo suficientemente rápido como para contestar a la pregunta. La mayoría duda. La tensa pausa provoca la temible pregunta, “¿Puede alguien ayudar a…? 

II El profesor como facilitador: proyecta la pregunta con un modelo de respuesta, quizá con imágenes de apoyo. 

>> Profesor de español: ¡Tomé una cena estupenda anoche! Comí pescado, brócoli, arroz, ensalada y de postre un flan. ¿Qué comiste tú? Preguntad a vuestro compañero ¿Qué cenaste ayer? 

>> Estudiantes: se hacen preguntas entre ellos y responden, quizás consultan sus notas, etc. En el primer escenario, un estudiante responde, quizá a trompicones, y otro más aventajado lo ayuda. El estudiante más débil se excluye, víctima de esa “incertidumbre de pertenencia”.

En conclusión, siempre debemos inspirar la motivación intrínseca por medio del sentimiento de pertenencia en un contexto social y los alumnos se dan cuenta de que con práctica, ellos también pueden responder las preguntas. Como su confianza aumenta, todos nuestros estudiantes estarán más dispuestos a participar en el futuro. Cuando los profesores llamen a los alumnos más débiles, tendrán la oportunidad de elogiarlos más que de avergonzarlos. Un entorno positivo y colaborativo evoluciona a medida que aumenta el nivel de comodidad del alumno.

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